Nuevo curso sin bullying
Dentro de pocos días empezaremos un nuevo curso, nuevas sensaciones.
Mochilas repletas de lapiceros de colores y libretas con sus últimos héroes de ficción, invadirán el patio de la escuela la próxima semana.
Para los más pequeños son la mayoría de las veces encuentros divertidos, donde éstos se atolondran en contarse las peripecias de unos días en la playa o en las fiestas del pueblo. Todos son risas y gestos de complicidad entre unos y otros. Pero por desgracia no siempre es así.
Este año tanto Lola Alaminos como yo, seguiremos apoyando con nuestras reflexiones el trabajo diario de padres, profesores y profesionales dedicados a la erradicación del acoso escolar, el bullying.
Queremos un nuevo curso lleno de esperanza, aprendizaje y mesura, donde nuestras palabras se hagan oír y vuestras acciones sean tenidas en cuenta.
Para que la lucha contra el indefenso, débil o diferente, tenga sentido y continúe el buen propósito de educar en valores.
Necesitamos ayudar a nuestros jóvenes a tener una vida llena de vida, sin complejos ni ataduras emocionales. Jóvenes risueños donde su única preocupación en la escuela sea aprender y divertirse aprendiendo. No solo de la parte académica, sino también en el área interpersonal, donde caben grandes alianzas.
Introduciremos a lo largo del curso temas consensuados por nuestros equipos de profesionales, pero también, por nuestros lectores en un impulso donde la palabra BULLYING, desaparezca. Así que no nos quedemos atrapados en este pozo de difícil rescate, hagamos entre todos, una mejor convivencia.
Como dijo San José de Calasanz, fundador de la primera escuela cristiana popular de Europa. “Si desde su tierna edad, los niños son imbuidos con amor en la piedad y en las letras, puede esperarse un curso feliz de toda su vida”.
Inmaculada Langa (Psicopedagoga)
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