Los teóricos del Aprendizaje Social, entre los que destaca Albert Bandura, gran psicólogo de origen canadiense, destacan la importancia del aprendizaje a través de la observación. Así mismo, consideran la identificación como el resultado de la imitación de un modelo o modelado.
Los niños se forman a sí mismos tomando distintas características de distintas personas con las que tienen algún tipo de vínculo y/o relación (miembros de la familia, docentes, vecinos, deportistas…). Escogen los modelos basándose en dos características principalmente: poder e interacción protectora. De esta manera, a través de la identificación, los niños creen compartir con el modelo las mismas características.
Cuando se identifican con un modelo positivo, atractivo, competente, emocionalmente competente, los niños se sienten contentos y orgullosos. Sin embargo, cuando se identifican con un modelo inadecuado, agresivo, negativo, se sienten infelices e inseguros.
Lo cierto es, que tanto niños como adultos, aprendemos muchísimo a través de la observación, de hecho nuestro aprendizaje es más eficaz cuando aprendemos de este modo, que si nos basamos exclusivamente en la teoría.
El aprendizaje se inicia en el seno de la familia, donde el ejemplo de la madre y del padre es importantísimo. A veces nos sorprendemos viendo gestos, expresiones verbales, comportamientos inconscientes propios, en nuestros hijos.
Cuando los niños van creciendo, e inician la etapa escolar, los docentes tienen una gran influencia en este aprendizaje por observación. Y cuando crecen un poco más y llegan a la adolescencia, son los iguales, los amigos, los compañeros, los que influyen principalmente en su conducta.
No sirve de nada el “haz lo que digo” si nosotros no lo hacemos y damos ejemplo con ello. Por tanto, seamos grandes y buenos ejemplos, en los que puedan reflejarse de una manera positiva. Enseñemos con nuestro ejemplo valores de vida fundamentales como: el respeto, el afecto, el altruismo, la seguridad en uno mismo, la empatía, lo fantástico de la diversidad y lo positivo de las diferencias…No les enseñemos a insultar, a acosar verbal o físicamente, a menospreciar, a ser prepotentes, egoístas, a resolver situaciones de forma violenta… (Observado en el Estudio del muñeco Bobo, sobre el comportamiento agresivo de los niños, desarrollado por Albert Bandura en la Universidad de Standford).
“La justificación moral es un mecanismo de defensa que todos usamos. La conducta destructiva se hace personal y socialmente aceptable por retratar en el servicio de los fines morales. Esta es la razón por la cual la mayoría de los recursos contra los medios violentos suelen caer en saco roto.” -Albert Bandura-
Lola Alaminos
Psicóloga
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