Como ya sabéis y mi compañera Inma Langa ha resaltado en su último post, el día 2 de mayo se ha convertido en el Día Internacional contra el acoso escolar, lo que ayuda a hacer una llamada de atención especial hacia este devastador fenómeno que a tantos alumnos y familias afecta.
Sin lugar a duda, el acoso escolar se ha convertido en uno de los aspectos que más preocupan a las familias. Cada vez más padres/madres se informan y asesoran sobre este fenómeno, especialmente a la hora de escoger centro escolar para sus hijos. Se aprecia claramente en las reuniones de puertas abiertas de los centros escolares y en las tutorías de aula o individuales, en las que siempre surge la inquietud sobre el tema.
Las familias demandan como requisito prioritario, cada vez con más fuerza, la prevención e intervención precoz ante el acoso escolar. No es suficiente que el centro disponga de un protocolo antiacoso (obligatorio), sino que cada vez más, los padres demandan información amplia y específica sobre acciones concretas y formación especializada del personal, docente o no, para afrontar distintas situaciones de violencia escolar, de acoso o de otro tipo.
Aun es posible encontrarse con centros que ocultan sucesos de violencia o de acoso escolar, como si reconocerlo manchara su “prestigio”. Por motivos obvios no es la mejor opción, ni la solución en ningún caso. El acoso escolar no desaparece por el hecho de ocultarlo o no afrontarlo, sino todo lo contrario.
Los padres somos conscientes de que en el centro escolar se puede producir situaciones de diversa índole, pero lo que realmente preocupa es que se mire para otro lado y no se haga nada. La demanda creciente es como comentaba, la prevención, trabajar para una convivencia sana y positiva y que si pese a todo ocurre acoso escolar, se intervenga y gestione de forma rápida y eficaz dicha situación. Además la intervención debe hacerse sobre los tres pilares: acosador, acosado y observadores. No olvidemos que se debe trabajar de forma integral, para evitar nuevos casos, no sólo con el acosado, y concienciar e implicar a toda la comunidad educativa (personal del centro, docente o no, alumnos y familias).
Así mismo, muchos centros ya han implantado o empiezan a introducir acciones como la mediación, formando a alumnos mediadores o con la figura de profesores mediadores, como valor añadido en la prevención e intervención pacífica de conflictos.
Confirmar que el centro escolar, de forma integral, se implica en la lucha contra un fenómeno que tanto daño hace, da tranquilidad y confianza a los padres. Como siempre recalcamos, cualquier alumno, por el motivo que sea, puede ser objeto de acoso, y los padres cada vez son más conscientes de ello.
Por todo lo dicho, uno de los principales criterios a la hora de escoger centro educativo, es precisamente la implicación del mismo ante el acoso escolar y la gestión de conflictos. Porque el acoso escolar es mucho más que una cuestión de estadística.
Lola Alaminos
Psicóloga
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