Cuando hablamos de conductas antisociales nos referimos a cualquier conducta que refleje entre otras una acción contra los demás. Peleas, hurtos, destrucción de la propiedad, intimidar, desafiar o amenazar a otros.
Este tipo de comportamiento antisocial es un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que comienza en la infancia o el principio de la adolescencia.
El bullying como proceso de intimidación y victimización entre iguales, es un ejemplo claro de comportamiento antisocial en el que a través de agresiones, insultos, rumores, vejaciones y aislamiento social, hacen de la víctima, una persona con miedo.
En este reducido espacio, intentaremos distinguir las variables que influyen sobre el comportamiento antisocial en las escuelas, diferenciando claramente estas tres dimensiones:
* Evolutiva: Proceso de desarrollo sociomoral y emocional en relación con el tipo de relaciones que los estudiantes establecen con sus iguales.
* Psicosocial: Implica las relaciones interpersonales, la actitud individual en la comunidad, el compañerismo, las habilidades sociales, así como las complejidades propias del proceso de socialización de los niños y los jóvenes.
*Educativa, que incluye la configuración de los escenarios y las actividades en que tienen lugar las relaciones entre iguales, el efecto que sobre dichas relaciones tienen los distintos estilos de enseñanza, los modelos de disciplina escolar, los sistemas de comunicación en el centro y en el aula, el uso del poder y el clima socioafectivo en que se desarrolla la vida escolar.
Y es que un hombre sabio y sereno dijo una vez, que “cuando el que manda es negativo y desconfiado, fácilmente cae en la tiranía”.
Inmaculada Langa
Licenciada en Psicopedagogía
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