Como seguro que en mi post anterior dedicado a Sri Lanka os acercó un poco a su cultura, su gente y sobre todo a su educación, hoy cambiaré de color y pasaré del color chocolate al color de la nieve. Así que esta vez nos sumergiremos en Suecia.
No importa la distancia entre ambos continentes, ni el idioma en el que se comuniquen, solo buscamos un único punto en común, una línea divisoria en el que el bien le gane terreno al odio y al abuso en cualquiera de sus contextos.
Hablar de la educación en Suecia es hablar de libertad. Libertad de elección, de conciliación. Y es que en este país tener hijos es una ventaja. Las parejas suecas pueden disfrutar de 16 meses de baja maternal y paternal en la que reciben el 80% de su sueldo. Dos meses son para la madre, dos para el padre y los 12 meses restantes, a dividir entre ambos según consideren oportuno. Si después del casi año y medio de cuidado del hijo, el padre o la madre decide que no quiere volver al trabajo, el Estado sueco paga a la familia 300 euros al mes.
¿Qué suerte, verdad? Así que es muy fácil ver paseando a muchos padres con sus retoños a horas que en España sería impensable.
Cuando llegué a Suecia se retomaban nuevamente las clases. Se podían ver supercarritos con cinturón de seguridad, donde cabían jovencitos a partir de un año abanderados por sus maestras de educación infantil, por las cercanías de sus guarderías. No importa que haga un frío que corte el alma, les gusta disfrutar del aire libre y la naturaleza.
La mayor parte de los centros escolares de esta país Escandinavo son financiados con recaudación municipal y más de un 40% del presupuesto de esta se destina a Educación.
Hace más de una década que en Suecia existe un programa anti-bullying denominado Friends, centrado en la amistad y las emociones, siendo pioneros junto con otros países escandinavos en la investigación y prevención de este actual fenómeno, colaborando en más de 1.500 escuelas a través de sus programas de asesoramiento y capacitación.
El maestro en Suecia dedica 10 horas semanales a investigar, planificar y mantener reuniones de equipo o con las familias, clave importantísima para conocer mejor a estas, y por ende a sus alumnos.
Un estudio dirigido por la Organización Mundial del Salud(OMS), el porcentaje de niños que sufre acoso escolar en Suecia es de 12%, encontrándose a la cola de los 40 países occidentales que formaron parte del estudio longitudinal.
Y es que si comparamos su mundo y el nuestro, todo es relativo.
Así que unamos nuestras fuerzas. Gobierno, docentes psicólogos y psicopedagogos, así como empresas públicas y privadas caminarán con las manos incardinadas para ganar esta lucha contra el bullying.
Inma Langa
Licenciada en Psicopedagogía
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