Perfectamente me entenderán los que han sufrido en alguna ocasión malos tratos tanto físicos como psicológicos y los que principalmente en este caso lo sufren en la escuela.
La angustia de un futuro incierto perturba la mente de algunos de estos jóvenes. Y es que cuando vives con miedo en una de las etapas más bonita que nos ofrece la vida, la adolescencia, das paso a un recorrido lleno de dudas, donde tus pensamientos negativos posiblemente inunden tu tiempo.
Pensar en escapar del círculo donde te encuentras inmerso se hace imposible en esos momentos y la angustia se hace presente a cada paso que das.
Los trastornos de angustia son problemas psicopatológicos relativamente frecuentes en estos casos, que suelen ocasionar un elevado de perturbación emocional, así como deterioro ocupacional y social en las personas que lo padecen, sea cual sea sus causas.
Por tanto, debemos aproximarnos a ellos conociendo sus variables de personalidad, ambientales y personales. Dotándoles del manejo de conductas de seguridad para aliviarla, con intervenciones psicoeducativas sobre la naturaleza de esta, donde los pensamientos positivos influyan en las emociones.
Como dijo nuestra poetisa Rosalía de Castro “Inexplicable angustia, hondo dolor del alma, recuerdo que no muere, deseo que no acaba”.
Inmaculada Langa.
Licenciada en Psicopedagogía
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