Pocas cosas en la vida son una ciencia exacta, pero cuando hablamos de respeto, particularmente haría una ecuación en la que el resultado siempre fuera sumatorio.Y es que la mejor manera para conseguirlo es ser un buen ejemplo. Un buen ejemplo de padre, de madre, de hermano y hasta de amigo.
Educación en valores: vital en el Siglo XXI
Como padres, tenemos muchas responsabilidades para con nuestros hijos y una de ellas es enseñar les conocerse a sí mismos. La mayoría de ellos todavía no sabe las fantásticas cualidades que posee, su potencial. Nosotros como padres tenemos la obligación de darles un empujoncito para que crean en ellos mismos y logren conquistar todo aquello que se propongan. Tenemos la labor de guiarles en el camino de empoderarse, de conocer sus fortalezas y potenciarlas al máximo. Las debilidades también debemos tratarlas, aprender a aceptarlas y superarlas es otro gran reto.
La educación y la convivencia con los demás
Trabajar en la escuela las habilidades sociales básicas necesarias para la vida diaria, hará aumentar esta posibilidad en un entorno común. La importancia de practicar con frecuencia acciones como escuchar, comunicarse, pedir ayuda, tener en cuenta los intereses y necesidades propios y ajenos, cooperar y ser empáticos, son algunas de estas habilidades que necesitamos enseñar a nuestros hijos.
La convivencia es la capacidad de vivir unas personas con otras pero también es un aprendizaje. La convivencia forma parte de la educación que le enseñamos a nuestros hijos, en un marco de respeto, solidaridad y aceptación de las diferencias.
Es obvio que en el entorno escolar, la convivencia se enseña y se practica en las aulas, en el patio y cualquier actividad que se realice. Pero en los hogares también hemos de invertir tiempo y empezar con el ejemplo de uno mismo.
Porque nadie dijo que la vida fuera fácil, pero hay que vivirla y vivirla con más vida para seguir, sumando.
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