En el post de hoy continuaremos con esas palabras que hieren tanto y que pude comenzar a explicar el mes pasado, dando una visión de lo que nos podemos encontrar en las escuelas dentro de los factores globales de acoso y violencia escolar.
Definí el hostigamiento como una gama de comportamientos ofensivos que se ejercen tanto verbal, física o moralmente y recordé la manera de transformar la ilusión de asistir al colegio (últimamente mencionada tanto en los informativos españoles, en relación al último acontecimiento acaecido en Palma de Mallorca donde una menor de 8 años fue golpeada y humillada por doce alumnos del centro al finalizar el recreo) en pesadilla.
Quisiera resaltar en mi reflexión de hoy aprovechando el porqué de este abuso, la forma en que una simple manera de vestir, puede desencadenar tanto odio.
Cuando se ignora y aísla a una persona constantemente, es exclusión. La exclusión es uno de los factores globales más importante de acoso.
La exclusión social agrupa las conductas de acoso escolar que buscan excluir de la participación al niño acosado.
Aislarle, impedir su expresión y participación en juegos, produce el vacío social en su entorno.
Y es que la exclusión mina la participación y niega oportunidades a esos jóvenes que experimentan el no ser valorados dentro de un maltrato entre iguales con abuso de poder.
Estaría bien crear programas para la atención de las situaciones de hostigamiento y factores de riesgo. Estos programas existentes en políticas educativas de otros países, cuentan con padres, profesores y administrativos para promover el liderazgo en las escuelas, creando tres grandes equipos para facilitar el proceso: el equipo de planificación escolar (equipo líder), el equipo de estudiantes y grupo de apoyo, y el equipo de los padres, correspondiendo a los municipios la supervisión de las prácticas pedagógicas y promover las que favorezcan la convivencia escolar y sean preventivas de la violencia.
Como dijo el estadounidense Horace Mann, padre del movimiento de las Escuelas Comunes. “La educación, más que cualquier otro recurso de origen humano, es el gran igualador de las condiciones del hombre, el volante de la maquinaria social”.
Así pues, no hagamos de la escuela un lugar hostil lleno de confusión y violencia. Creemos un lugar de pensamiento mediador donde nuestros jóvenes crezcan responsables y sin temor.
Inmaculada Langa
Licenciada en Psicopedagogía
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